¿Quièn no necesita amor? ...
Dice un poema de Oscar Martìnez "Que una caricia me atraviese como una flecha jubilosa y radiante"...
Claro que sì, los wichis tambièn. Aunque sean reservados (seguramente por el temor y la sumisiòn de siglos) logramos con muchìsima alegrìa, crear lazos, abrazarnos, jugar con los chicos, hablar con las mujeres-en muchos casos-de mujer a mujer- y fue maravilloso.
Fue ver en sus ojos los nuestros reflejados, porque se llenaban de làgrimas, igual que nosotros...la emociòn crecìa, nos unìa, nos dolìa despedirnos y mucho!
Nos preguntaban cuàndo volvìamos, que llevàramos fotos, y asì serà. Cumpliremos con la palabra dada. Y el abrazo renovado.
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